Hay ciertos planes y ciertas actividades en la vida que no debemos, ni podemos planificar. Esta es la conclusión a la que he llegado tras este agosto de infarto e inolvidable que he vivido.
Tal como habéis podido estar leyendo desde hace unos meses, la cosa pintaba mal en cuanto a planes: una Sevilla desértica, planes de ahorro para seguir estudiando o poder montar mi Adriana Alzamora Beauty Shop (¿¿¿cómo puede ser que algo tan básico como el nombre y aún no lo tenga del todo decidido???), sin lugar de vacaciones tras mi estupendo viaje a Roma… Total, que a media quincena ya estaba que me tiraba de los pelos y no para peinarlos precisamente.
Tal era el percal que por poco doy al traste con mi plan de no ir a Matalascañas este año salvo fines de semana y abandonarlo todo mientras me tumbaba al sol como otro año más frente a Caño Guerrero… pero todo cambió con una llamada de un compi del curso al que le estaré eternamente agradecida…
Resulta que este compi estudiaba o tenía contactos (la verdad que mucho mucho no hablé con el durante el curso hasta que nos fuimos a Roma, donde se ve que le caí en gracia) en la facultad de comunicación de Sevilla, y unos amigos suyos de la misma FCOM estaban realizando un cortometraje con financiación de la propia universidad.
Total, que como en el viaje a Roma le estuve comentando que si quería estudiar periodismo pero que al final me decantaría por la peluquería, pues el buen muchacho (que por cierto, se llama Robe), tras volver de sus vacaciones me llamó para comentarme que unos amigos suyos estaban inmersos en esta miniproducción y que necesitaban un equipo al completo para el corto, lo cual incluía peluquería y maquillaje.
De esta forma, en apenas tres días me vi del pleno aburrimiento en Pino Montano, sola y deseando coger el primer autobús a Matalascañas (al que no he faltado ningún sábado, todo sea dicho), a pasarme en torno a 10 horas maquillando, peinando y acicalando a un buen número de actores que, además, son más que buenas gentes.
Si a esto le añadimos que pude ir al Betis – Celta y ver ganar a mi Betis, que no me han faltado los buenos baños en la playa y el terraceo alamedero que tan bien me sienta, podemos hablar al final de un mes de agosto redondo.
Eso sí, entrar en contacto directo nuevamente con el mundo de la comunicación me ha despertado el gusanillo… Seré fiel a mi Adriana Alzamora Beauty Shop, pero ahí queda aún la Adriana reportera dicharachera que no digo yo que pronto resurja… Como resurgen ciertos personajes que no avanzaré por no espoilear de Juego de Tronos pero… ¡Menudo final!, ¡de infarto!
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