Uno de los motivos por el cual me incliné a abrir este espacio era para que fuera testigo de un año en el que se me aventuraban muchos cambios… Pero no me podía imaginar que un año más tarde de ese 16 de septiembre de 2016, seguiría aquí, encantada de todo lo que ha pasado en estos 12 meses y encantada de poder seguir relatándolo, con cientos de nuevos amigos en Facebook y con el gusanillo aún de qué será de mi: si peluquera con peluquería propia o retomar mi deseo de estudiar comunicación.
Y es que en estos doce meses han tenido cabida en este blog todas mis aventuras en la academia de peluquería, mis vacaciones de Navidad, Carnaval, Semana Santa y verano, ese viaje a Roma fruto de la discusión, y otros intereses como la apertura de Hard Rock en Sevilla, Juego de Tronos, Tu Cara me Suena y Masterchef Celebrity (que han vuelto a comenzar nueva temporada…)… Muchas aventuras plasmadas para el recuerdo en este espacio pero…
¡Aún no resolví el principal reto!
Comencé a escribir en septiembre del año pasado porque comenzaba peluquería, despúes de un verano entero en el que no paraba de darle vueltas a la idea de hacerme comunicadora o abrir mi propio negocio de peluquería. Finalmente ganaron los rulos y las tijeras, así como la idea del Adriana Alzamora Beauty Shop, pero 365 dias después y con el título de peluquera recién calentito pocos ahorros y ninguna previsión para que la peluquería de Adriana A. G. se materialice.
¿Quiero cambiar de rumbo? Ni mucho menos… pero el haber pasado los últimos meses en prácticas tanto en Triana como en mi Pino Montano, donde abriría sin duda la Adriana Alzamora Beauty Shop, me ha servido para darte cuenta que realmente lo que quiero no es ser peluquera, sino tener mi peluquería.
Tal como ocurre con el entorno comunicativo, la creatividad y dar ese toque personal de cada uno es fundamental, y tal como ocurre con el entorno comunicativo, que te presionen y anulen esa capacidad es más frustrante que el hecho de no dedicarte a lo que más te gusta. Por ello peluquera sí, pero a mis propias órdenes y en un espacio donde fluya la creatividad.
Ni os imagináis cuántas cabezas han pasado por mis manos desde abril y en las que las propias clientas me dejaban cierto margen de creatividad a la hora de moldearles un peinado a medida pero mis «jefas» bajaban el listón para que no me saliera del guion.
En fin… un año muy completo y que en resumen ha sido muy satisfactorio… Gracias a todos los que lo han hecho posible y gracias por seguir ahí. ¡Feliz cumpleaños blog de Adriana Alzamora!
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