«O te mueves o caducas». Esta expresión la acuñé desde hace ya más de una década (bien chiquita que era) tras ver un anuncio creo que de coches… Y eso parece que se está aplicando mi querida ciudad.
Me alegra un montón que vayan llegando nuevos proyectos, sean de la naturaleza que sean, a mi ciudad. Y es que creo que es muy importante que si quieres tener una mentalidad «de avance», de querer renovar proyectos, el entorno debe ser el adecuado, y en eso voy notando cierto aire de cambio e mi Sevilla…
Son cambios minúsculos, todo sea dicho, cambios muy «a poquito a poco», pero cambios al fin y al cabo…. Para mí que todo comenzó con «las Setas», esa «imposición» contemporánea en pleno corazón del costumbrismo sevillano: la Plaza de la Encarnación, junto a la que es la fuente más antigua de las instaladas en la ciudad…
Después por si no se hubiera tocado la fibra sensible de los sevillanitas más arraigados, la Torre Pelli vino a dar el toque de gracia a unos cambios que ya no eran tan insignificantes… Y es que la construcción de esta torre resume muy bien el paradigma de la mentalidad sevillana: que es capaz de pasar de la nada al todo en 10 segundos. ¿Que en siglos nunca se ha construido por encima de la Giralda? Pues hacemos una torre que la doble en tamaño…
Si la cancelación del Festival Territorios nos dejó tocados a quienes pensábamos que Sevilla está a la altura de los grandes festivales que plagan los calendarios del resto de España, la llegada de Interestelar y de la Monkey Week nos satisfacía por partida doble. Ahora la llegada de los Premios Ondas, un festival de Cine con cada vez más peso en el circuito y una agenda de conciertos cada vez más abultada y donde no todo es flamenco y palmas.
Ahora solo queda un plan de barrios a la altura de una gran ciudad. Sevilla tiene el mismo problema que se ve en España en cuanto a Madrid: un centralismo desorbitado. Todo pasa y todo ocurre en el centro, y aunque estamos ante una de las ciudades más bonitas del mundo (ahí esta la publicación del New York Times para confirmarlo), se vuelve fea y oscura a medida que nos vamos alejando del casco antíguo…
Porque basta ya de ombliguismo: el centro de Sevilla y Triana es precioso… Nervión tiene su encanto, Heliópolis y el Porvenir también, pero el resto es feo, feo, feo. Mi Pino Montano, por mucho que allí se vaya a encontrar el Adriana Alzamora Beauty Center, es feo, Alcosa es feo, Sevilla Este es feo, Los Bermejales es feo…. No es una fealdad de sangrarte los ojos, pero sí una fealdad de hacer primar un estilo VPO desorbitado: construir para alojar a la masa sin más, sin aportar encanto… Barrios funcionales, donde se vive muy bien, pero, y me duele, feos.
Al menos insisto en el positivismo que inspira este artículo: se notan aires de cambio, se nota una voluntad porque el patrimonio de Sevilla crezca y no se limite al esplendor de hace nada más y nada menos que seis siglos. El Proyecto de Palmas Altas, el aún por explotar Nuevo Torneo y el empujón al uso de Fibes más allá de para congresos elitistas suponen un gran avance, y me inspiran para avanzar.
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